Corría el año 1083 cuando, una noche, el rey Alfonso VI se decide a conquistar la ciudad de Madrid. Uno de sus soldados trepa por la muralla con gran agilidad, a lo que el rey dice “parece un gato”. De esta manera las tropas del rey conquistan la ciudad de Madrid. Dos años después, el 25 de mayo de 1085, el rey toma Toledo y los moriscos huyen hacia el califato de Córdoba.
Entre los siglos XIII y XIV se inicia la colonización de algunas tierras, entre ellas, las actuales de las Rozas y Majadahonda. En un principio Majadahonda fue un lugar despoblado que no quiere decir deshabitado. Llegaban los ganados de lanar y abrevaban en la laguna que en ella había.
Se asentaron unos segovianos, cristianos viejos, que construyeron una humilde y sencilla iglesia junto a una antigua torre árabe de vigilancia (levantada entre el 852 al 866 por el Emir Muhammad de Córdoba) que se utilizaba para las comunicaciones entre las comarcas que allí había. A la iglesia la pusieron bajo la advocación de Santa Catalina Mártir y Virgen.
En época de los Reyes Católicos ya se hace referencia a la iglesia y en la de Felipe II se dice lo que sigue: “No hay más que una iglesia es de Santa Catalina el lugar es anejo al curazgo de Pozuelo… se tiene por voto ayunar la víspera de San Sebastián y no comer carne, y así mismo tienen voto de no comer carne y ayunar la víspera de la señora Santa Catalina, y de guardar, el día en que cae, lo cual dicen que votaron sus pasados por la pestilencia…”
Sabemos que, en los albores del siglo XIII, había una pequeña aldea cuyo crecimiento originó un pueblo de 111 vecinos, unos 450 habitantes en 1528.
En el año 1569, el papa San Pío V, extendió el rezo del rosario a toda la Iglesia instituyendo la fiesta de Nuestra Señora de la Victoria, después fiesta de la Virgen del Rosario, a la que los majariegos se sumaron. Y antes de que finalizara el siglo tenían ya constituida una cofradía que nos ha llegado a nuestros días con el nombre de Hermandad de Nuestra Señora del Rosario (popularmente conocida por las viejas). Celebran su fiesta el 7 de octubre.
Historia de nuestro templo
En el siglo XVII se constituye la cofradía del Santísimo Cristo de los Remedios, en agradecimiento a los grandes favores recibidos del Santísimo Cristo. Los labradores solicitaban permiso para vender las hojas de las viñas a beneficio de su culto y en la primera mitad del siglo se construye una ermita en su honor (que se mantiene en el mismo lugar en la actualidad). La cofradía se ha convertido en hermandad, en nuestros días con el nombre de Hermandad del Santísimo Cristo de los Remedios y virgen de la Soledad. Sus estatutos se tomaron de los del siglo XVII y se adaptaron al nuevo código de derecho canónico a finales del siglo XX.
El 30 de abril de 1731 la iglesia de Santa Catalina Virgen y Mártir es desmembrada de la parroquia de Pozuelo de la Asunción de Nuestra Señora y es erigida como parroquia de Santa Catalina Virgen y Mártir de Majadahonda.
Párrocos de Santa Catalina
Al inicio del siglo XIX el país se precipitó en una heroica y cruel guerra de la Independencia, provocada por la invasión de los franceses. Majadahonda sufrirá una batalla en su demarcación entre las tropas francesas y las tropas del general Wellington, aliado de los españoles. En su retirada, las tropas francesas expoliarán la iglesia y el pueblo de Majadahonda quedará arrasado. La batalla fue el 11 de agosto de 1812. Entre los que ayudaron a Wellington estaban las partidas guerrilleras del Empecinado y Polarea. En total, unos 35.000 hombres. Este año de 1812 ha pasado a la historia como el año del hambre.
En la visita pastoral de 1815, la situación de pobreza de la parroquia es tal que se realiza el acta de la visita desde Pozuelo, donde se hace constar la penuria por la que pasa la parroquia y la localidad.
Por estas fechas se construye un cementerio en la zona de la laguna por lo cual se deja de enterrar en el interior del templo.
Imágenes en el templo
Y llegó la desamortización de Mendizábal que, con la excusa de ayudar a los pobres, los hizo mucho más pobres. Lo que expropió a la iglesia lo repartió entre los ricos. Los pobres que trabajaban para la iglesia se quedaron sin tierras que labrar y por lo tanto sin empleo (los ricos se hicieron más ricos y los pobre más pobres). Se perdió además un espléndido patrimonio. La parroquia de Majadahonda también sufrió la expropiación de Mendizábal y muchas de sus tierras pasaron a los señores que pudieron comprarlas.
Llegamos al siglo XX. La parroquia sigue su vida, con los esfuerzos cotidianos y con sus tareas de evangelización, con su acción social, sus fiestas y tradiciones.
En España, en 1931, se proclama la segunda república y comienzan unos tiempos difíciles para las comunidades cristianas en los distintos lugares de nuestra geografía. Una parte del ejército se subleva en julio de 1936.
Al poco tiempo sale de Santa Catalina el párroco D. Pablo Mª Herranz y, unos días después, un grupo de gente entra en la iglesia. Se apropian de todas las imágenes, objetos sagrados y de los bancos. Transportan todo hasta el huerto de Martinico (en la carretera de Villanueva del Pardillo) y allí lo queman. Mientras arden las imágenes el grupo grita: “mira como arden los Señores”.
En la plaza de la Iglesia ha quedado el Divino Niño que salía en la procesión del Encuentro el domingo de resurrección. Una persona lo lleva a patadas por la plaza diciendo: “mira como corre Cristo Rey”.
Las campanas (a excepción de una) son tiradas del campanario y trasladadas para fundir. La «campana superviviente» desaparecerá después del bombardeo de la batalla de Brunete. El pueblo es arrasado y la iglesia sufre graves desperfectos, se hunde el techo de la nave y varios obuses destruyen parte de la cúpula del presbiterio.
Cuando termina la guerra, la Dirección General de Regiones Devastadas acomete la reconstrucción y restauración de Majadahonda y de la parroquia. Los arquitectos deciden conservar los muros que quedaron del templo. Y sobre estas ruinas erigen la iglesia que hoy conocemos siendo muy parecida a la anterior de la guerra.
Hacia 1970, a consecuencia del Plan Regulador para el Área Metropolitana de Madrid y la construcción de urbanizaciones, surge la idea de dotar al pueblo con infraestructuras adecuadas y en su entorno crear una comarca que le tuviera como centro pero todo siguió igual. Después llegaría el Plan General de Majadahonda, de 1974.
Es en esta época, cuando deja de salir la procesión del Corpus y en la Iglesia se sitúan los tres retablos para sustituir a los que se colocaron después de la guerra que eran de menor calidad, ocupaban los laterales las imágenes de Nuestra Señora del Rosario y la Soledad. En la iglesia estaban también las imágenes de la Virgen de Fátima, y los Sagrados Corazones (ubicados a ambos lados del retablo mayor). En las hornacinas San José y Santa Catalina, San Isidro labrador, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, la Inmaculada Concepción y Santa Teresita de Lisieux.
Consagración de Majadahonda al Sagrado Corazón de María
La población aumentaba con tal rapidez que las acciones municipales y parroquiales precisaban de una eficaz y hábil planificación. Hablamos ya de unos 6000 habitantes (y creciendo debido a la edificación de nuevas urbanizaciones).
El año 1978 será el último que la iglesia de Santa Catalina esté sola en el pueblo de Majadahonda. Es en este año cuando se inaugura la parroquia de San Cristóbal situada en el kilómetro 4 de la carretera de Majadahonda a Pozuelo. Encargada a los sacerdotes operarios diocesanos cambian el nombre de la misma cuando beatifican a su fundador. Desde entonces el templo se llama parroquia del Beato Manuel Domingo y Sol.